A la hora de mostrarse a los demás, las corporaciones tienen que tener muy en claro cómo quieren hacerlo, y ello se expone fácilmente en las herramientas de comunicación que utilice, como la publicidad, el branding, la imagen visual (logos, colores, diseños en general) y el uso de las redes sociales. Pero además, el lugar de atención, las oficinas y todo lo que se expone hacia afuera construyen una imagen mental en el cliente. 

Aspectos que afectan la imagen de una empresa

La limpieza y el orden de las instalaciones son fundamentales. A nadie le gusta ingresar a un sitio desordenado, sucio o con un aspecto abandonado. Cuidar la imagen empresarial desde ese aspecto es el primer paso, pero no es el único. Por más orden que apliquemos y millones que invirtamos en mercadotecnia, todo esto no alcanza si descuidamos un aspecto esencial: el capital humano, y este puede afectar de varias maneras, por ejemplo:

Disconformidad de los empleados: Un empleado disconforme con la empresa es una muy mala publicidad. Imagina que ellos no estén dispuestos a recomendar los productos y servicios del lugar donde trabajan. ¿Qué imagen desde adentro les darán a sus familiares y conocidos; y éstos a su vez a otros tantos?

Maltrato al cliente: En estos tiempos donde cualquiera puede alzar la voz en las redes sociales para hacer reclamos, tener a un cliente insatisfecho es un problema para cualquier empresa. El buen trato resulta fundamental para generar una imagen corporativa seria y que cuida a sus clientes.

Mala comunicación: Un mal uso de las redes sociales puede afectar de manera estrepitosa la imagen corporativa, como puede ser un comentario ofensivo en Twitter, o escribir mensajes con serios errores ortográficos. Los encargados de esta tarea deben ser profesionales que estén al tanto de todos los detalles.

Falta de objetivos claros. No saber hacia dónde ir ni cómo hacerlo genera una imagen de desorientación, desorden y falta de seriedad. A su vez, al no contar con una táctica de negocios con metas claras será más difícil la planificación de estrategias de marketing y publicidad, las herramientas encargadas de generar nuestra mejor imagen corporativa.

Nuevamente, quienes se encarguen de estas áreas deberán tener bien claro los objetivos, para que el plan de comunicación esté bien dirigido y sea efectivo.

Finalmente, para descubrir cómo nos ven los clientes contamos con las encuestas y estudios de mercado. Si el resultado de esos análisis determinan que la imagen que mostramos no es la que queremos exponer, habrá que crear estrategias de reposicionamiento, para así evitar que esa diferencia termine repercutiendo en nuestra reputación, en la productividad, y el funcionamiento general de la empresa.